25/8/11

¿qué preferirías comer o tener padres?

Sé que el título de mi entrada, pensaréis much@s es absurdo, pero tiene un porqué. Comparto con vosotr@s un email que nos ha mandado Mar desde el hogar de Meki (Etiopía):

Tener suerte
"En más de una ocasión, nos han dicho que nuestros niños son muy afortunados por estar en este centro, incluso nos han llegado a decir, que en comparación a como viven los niños fuera, quedarse huérfano puede ser un golpe de suerte. Hasta yo misma, alguna vez he pensado que quizás es cierto y nuestros niños tienen más de lo que necesitan.

Hace algunas semanas, estaba hablando con Elsa, una de nuestras adolescentes, y le contaba que Sor Gio (hermana salesiana) había vuelto de Italia después de pasar casi un año cuidando de su madre que había estado enferma. Elsa, simplemente me dijo, ¡qué suerte! Yo pensé por un momento, que se refería a que Sor Gio tenía suerte porque había estado en Italia, pero cuando le pregunté a Elsa a que se refería me dijo muy seria: - Sor Gio tiene suerte porque ya es mayor y todavía tiene a su madre viva. Yo me quedé con cara de idiota, le di la razón y me di cuenta de que Elsa, con muchos menos años que yo, era ya una persona sabia.

En casa se come tres veces al día, tienen ropa y calzado, una ducha diaria, van al colegio y tienen juguetes. Muchos de los niños de fuera, con suerte, comen una vez al día, tiene una camiseta y un pantalón lleno de agujeros, van descalzos, apenas si tienen agua para beber, juegan con piedras, palos, trozos de plástico, pelotas hechas con retales de tela.... Si vienes de paso, puede parecerte que los de dentro les sacan una gran ventaja a los de fuera. Pero si miras con más detenimiento, puedes ver que cuando cualquiera de los niños de fuera se acuesta cada noche, probablemente en el suelo de su casa, tiene a su madre, a su padre cerca. Cuando Elsa se mete en su cama, sé que muchas noches piensa en su madre, se acuerda de ella, la echa de menos. Los pequeños de nuestra casa ni si quiera han conocido a sus padres.

Elsa sabe que tener suerte no es estar rodeada de cosas, no es vivir en una casa cómoda donde todas tus necesidades básicas están cubiertas; Elsa, es muy lista y sabe, que tener suerte es ser mayor y tener a tu madre viva.

Los niños de esta casa nunca dejan de enseñarme cosas, ellos con su sinceridad y con su espontaneidad me van enseñando a vivir, a distinguir lo importante de lo superfluo, a reconocer los regalos que la vida te pone en el camino. Los que cuidamos y nos preocupamos por estos niños (no solo los que estamos aquí, también vosotros que cuidáis de ellos desde la distancia), nunca podremos sustituir a sus madres o a sus padres, aun así, podemos hacer que se sientan queridos y cuidados, podemos tratar de darles todas las oportunidades para que crezcan y se conviertan en hombres y mujeres que miren al futuro sin miedo, podemos crear en Meki una familia con la que puedan contar en cada etapa de su vida. Esa es nuestra tarea, en eso estamos."

Reflexionad porque creo que Elsa ha dado la respuesta clave que much@s estábamos buscando.

Besos de colores!